Utilizando la simbolización, la escala y la proyección, los cartógrafos fueron perfeccionando sus representaciones del espacio. No obstante, aquel refinamiento nunca llegó a superar el campo visual de la geografía, al no poder acceder a un nivel representativo de mayor concreción que le permitiera recrear regiones o lugares concretos como pudieran ser un pueblo o una villa, o, si se prefiere, lo que ya Claudio Ptolomeo llegó a denominar corografía.
La corografía, recuperada en el Renacimiento, derivó hacia dos tipos de representaciones. Por un lado, las panorámicas generales de las ciudades como aquellas que fueron plasmadas en Civitates Orbis Terrarum, de Braun y Hogenberg. Por otro lado, la recreación de vistas de zonas más concretas de la ciudad, cuyo máximo exponente lo encontramos en aquellas Vedute di Roma - Vistas de Roma -, realizadas por Piranesi en el siglo XVIII.
Deudora de aquellas vistas es “Town of Santa Cruz, Tenerife, from the Roads”, lámina implementada con la técnica de la litografía por Louis Haghe, el cual, posteriormente, se hizo célebre en Europa al litografiar los dibujos de monumentos antiguos egipcios realizados por David Roberts. La litografía, conocida en el mundo anglosajón como “Drawn of Stone”, supuso toda una revolución en lo que a la divulgación de las representaciones concernía. Así, Hallmandel, en su obra The Art of Drawing on Stone (1824), celebraba sus posibilidades de divulgación: “una impresión litográfica no es ni siquiera un facsímil de la obra de un artista destacado, sino el dibujo original en sí. Este es el rasgo peculiar de la litografía y muestra el inmenso beneficio conferido a la humanidad por esta admirable invención, al procurar a personas cuyos medios son limitados, el poder de poseer lo que antes solo poseían individuos de inmenso poder adquisitivo”.
“Town of Santa Cruz….” se revela como una instantánea de la ciudad pujante que se había hecho con la capitalidad de la isla de Tenerife y del Archipiélago, hecho al que contribuyeron el declive del puerto de Garachico, el traslado de la sede de la Capitanía General, antes en La Laguna y, desde luego, el enorme impacto que había causado ante la corte de Madrid la Gesta del 25 de julio. Además de los castillos de San Cristóbal y de San Pedro, símbolos de su condición de plaza fuerte, en la litografía de Luis Haghe queda plasmada la importante expansión urbana hacia la zona norte -donde estaba ubicado el convento de San Francisco- acaecida en el último tercio del siglo XVIII.
La representación inmortalizada por Haghe fue editada como una lámina independiente en 1838, tal como se conserva en los fondos del Museo. No obstante, la misma litografía - tomando como modelo un dibujo de J.M.C. Airey - previamente había sido incluida en A Voyage Round the World, de James Baptiste Holman, en concreto en el primero de los cuatro volúmenes en los que se estructuraba la obra, con el fin de ilustrar la descripción de Santa Cruz de Tenerife, desarrollada en el capítulo segundo, y donde quedaba reflejado el golpe que supuso para Gran Bretaña la derrota de Nelson. Al respecto, dice Holman que “La ciudad tiene una línea costera fortificada y el muelle está protegido por un fuerte [el Castillo de San Cristóbal]. Fue entrando en este muelle donde Nelson perdió su brazo y el capitán Bowen su vida. Las banderas inglesas requisadas en aquel acontecimiento son conservadas como trofeos en la iglesia principal…”.
“Town of Santa Cruz…” es uno de los muchos grabados que forman parte de la colección de mapas, grabados y perfiles del Museo de Historia y Antropología de Tenerife. La calidad artística y documental de la representación en cuestión motivó el que, junto con otras láminas de temática similar, fuera seleccionada para formar parte de Islario de Canarias, libro editado por el referido Museo, perteneciente al Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife.