Muestra «El camino a la esperanza», de Isabel Muñoz
«Mujeres del Congo» es un proyecto que nace de la colaboración entre las fotógrafas españolas Isabel Muñoz y Concha Casajús con la periodista congoleña Caddy Adzuba, gracias a cuyo apoyo y protección cada una de ellas pudo desarrollar su proyecto fotográfico sobre las mujeres de la República Democrática del Congo (RDC), heroínas con las que Caddy trabaja a diario.
Casa África unifica el trabajo que ambas fotógrafas realizaron de manera independiente en la RDC, un país que acumula todo tipo de riquezas (coltán, diamantes, oro, petróleo, gas) mientras que gran parte de la población vive situaciones de miseria y violencia extrema, principalmente las mujeres.
Los combates por el control del territorio nunca han cesado y las imágenes que llegan a Casa África son el eco de los testimonios de las mujeres de Bukavu, en la provincia de Kivu Sur, al este de la República Democrática del Congo. Ellas han sabido sobrevivir a la extrema violencia que han sufrido, levantándose y saliendo adelante con una fuerza y entereza que no merece más que admiración y profundo respeto.
Esta iniciativa pretende reunir las historias de unas mujeres valientes que han conseguido sobrevivir y liberarse desde el sufrimiento y que, finalmente, han logrado salir adelante con dignidad. El nombre de cada obra por separado da idea del mensaje que se quiere transmitir. Muñoz reúne sus fotografías bajo el título «El camino a la esperanza» y Casajús las titula «Las mujeres que rompieron el silencio». En esta ocasión, las imágenes que se exhiben son solo las de Isabel Muñoz.
Las fotógrafas compartieron con estas supervivientes su día a día, una lucha encarnizada contra la vida misma que demuestra que están preparadas para tomar las riendas de su destino. Junto con las mujeres activistas de Bukavu que las acompañan, estas mujeres, que han sobrevivido a la violencia sexual como arma de guerra, quieren mostrar a través de esta exposición su determinación a enfrentarse al sufrimiento y decir definitivamente NO a su condición de víctimas. Una verdadera marcha hacia la victoria en contra de la violencia sexual.
Este proyecto pretende también hacer reflexionar a los interesados en la lucha contra la violencia sexual ejercida contra las mujeres y las niñas para que adquieran un compromiso real y eficaz mediante acciones concretas y así permitir prestar asistencia a las mujeres que se encuentran en esta situación.
También es objetivo de esta propuesta expositiva denunciar ante Naciones Unidas que la Convención 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está muy lejos de ser aplicada y que la protección de las mujeres continúa siendo una cuestión crucial.
Contenido de la exposición
La exposición consta de cuatro partes. La primera parte, denominada «Mujeres víctimas», reúne fotografías de mujeres valientes que han conseguido sobrevivir y liberarse del sufrimiento y que finalmente han logrado salir adelante con dignidad. La segunda parte, «Niñas de Kavumu» muestra una cruel realidad en esta ciudad de la provincia de Kivu Sur: desde 2014 las niñas son raptadas de sus casas por la noche, violadas y abandonadas en el campo y sus padres son incapaces de hacer frente a este peligro porque se desconoce quiénes son los criminales.
La tercera parte de la exposición se denomina «Las niñas de orfanato» que incluye imágenes de niñas que son acusadas de brujería. Desde hace unos años, la República Democrática del Congo se enfrenta al fenómeno de los niños brujos. Como resultado de la pobreza de las familias, con frecuencia a consecuencia de la guerra, los padres rechazan a sus hijos e incluso les acusan de brujería. Estos niños «de la calle» están expuestos a violencia, torturas y explotación.
Por último, la parte expositiva «Microcréditos» muestra a mujeres que han perdido todo por los horrores de la guerra, pero han sobrevivido y desarrollado proyectos emprendedores y capacidades sorprendentes de autoorganización, gracias al programa de microcréditos. Esto les ha dado la oportunidad de acceder a una pequeña economía que les permite alimentarse, financiar los estudios de sus hijos y procurarse un techo.