Conversación pública entre Roc Laseca y Pablo Helguera, seguida de una sesión de playlist guiada por Helguera.
En mitad de la discusión sobre el futuro de las instituciones culturales que ha puesto en jaque no solo las dinámicas de programación, sino las mismas políticas de representación comunitaria, es preciso volver a pensar el papel que juega la noción tradicional de educación. Sabemos que el Museo ya no está aquí para decirnos quienes fuimos, sino más bien para anunciarnos cómo vamos a ser y de qué modo vamos a poder seguir viviendo juntos. De modo que esta comunión y articulación del nosotros es la que ya no podemos dar por hecho más. Y a ello se están dedicando gran parte de las nuevas dinámicas de aprendizaje experimental y de pedagogía crítica, no solo a asumir un rol más activo en la atención y compromiso con las audiencias y los públicos, sino a entender su responsabilidad de fabricar colectivamente la propia idea de lo público y lo común. Esta dimensión decolonizante ha encontrado su eco en las nuevas políticas educativas y, en especial, en las maneras en que el arte de interacción social puede intervenir para alterar esquemas tradicionales.
Estos procesos, puestos en práctica por Pablo Helguera, apuestan además por atender lo liminal, una designación antropológica atrapada en los lugares de mediación que informan espacios y tiempos de transición donde resulta complejo poder distinguir los límites que separan las cosas y los conceptos, algo especialmente sensible en la construcción de las nuevas elasticidades institucionales de hoy día. ¿Cómo atender y poner en marcha lo que todavía es un proceso experimental? ¿De qué modos fabricar dinámicas de aprendizaje crítico para públicos que se están construyendo a diario?
Pablo Helguera es artista y educador radicado en Nueva York. Trabajó en el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago antes de ser invitado por el Museo Guggenheim para incorporarse a su Departamento Educativo. Es doctor por la Kingston University de Londres y merecedor de varios reconocimientos por su labor en materia de arte de interacción social, incluyendo el Rockefeller Foundation, Creative Capital o el Blade of Grass Award.
Su trabajo como educador y como artista se ve constantemente retroalimentado, generando espacios de experiencias comunitarias que alteran las jerarquías educativas establecidas. Algunos de sus proyectos en este sentido, incluyen la serie de acciones de la Escuela de Inquietud Panamericana, un laboratorio de pensamiento nómada que cruzó el continente desde Alaska hasta Tierra del Fuego, recorriendo 20.000 millas y efectuando cuarenta paradas, haciendo posible la que se ha considerado la iniciativa de arte público más extendida de la que se tiene registro. Sus trabajos performáticos se han presentado en el Museo de Arte Reina Sofia, Madrid; ICA Boston; RCA London; 8va Bienal de la Habana, PERFORMA 05; Shedhalle, Zurich; MoMA P.S.1, Nueva York; Brooklyn Museum; IFA Galerie, Bonn; Tokyo Metropolitan Art Museum; o Museo MALBA, Buenos Aires, entre otros.