“El poeta sólo tiene sus versos. Versos alineados, rítmicos, pausados. Versos disparados, en ocasiones, hacia arriba, fuegos fatuos de pasión; versos lentos, obscuros arropados por vocablos brillantes o por metaforía conceptual; versos soñados, entredichos, susurrantes, hálito de voz, tintineo de sonido. Y el poeta, en cualquier caso, ha depositado, ha escondido, detrás de esos versos, el tema, la palabra clave, la idea central del mensaje.”
Armas Ayala, Alfonso de. Poemas de Tomás Morales [Estudio]
Hoy, en la sección La vida no se detiene del CEDOCAM hemos seleccionado un maravilloso poema de Tomás Morales, el gran poeta creador de una obra que ha vencido al tiempo y al espacio. Tal y como se recoge en la contraportada del libro que presentamos Tomás Morales “con su palabra, con su canto armonioso de agua y de viento, de luz y de sol, nos enseña a ser hombres de islas sin olvidar lo universal”.
Vacaciones sentimentales (Las Rosas de Hércules. Libro primero 1922)
III
Y he recordado… El breve rincón de un pueblecillo;
una casa tranquila inundada de sol;
unas tapias musgosas de encarnado ladrillo
y un jardín que tenía limoneros en flor.
Una pequeña rubia como un fruto dorado,
cuyas pupilas eran de una apacible luz,
y un audaz rapazuelo de correr alocado
vestido con un traje de marinera azul.
Primavera era el hada de sus juegos pueriles…
En la huerta sonaban los gritos infantiles
que callaban, de pronto, bajo la tarde en paz;
cuando una voz llegaba, serena y protectora,
desde el balcón, donde una enlutada señora
llamaba dulcemente: Guillermina… Tomás…
(…)