El mundo de lo misterioso, lo críptico, desde antaño, ha fascinado al hombre. Además, la ciencia ha contribuido, a veces, a hacer volar la imaginación, y ha habido quien ha creído ver curiosas formas, criaturas aberrantes y desconocidas, en la profundidad del bosque, la superficie del agua o bien ocultas en el interior de junglas.
Esto no es actual, hay que remontarse a tiempos previos a los primeros viajes de exploración, cuando se pensaba que seres, terroríficos y amenazantes, poblaban la llamada Tierra ignota. Y a pesar del avance de la ciencia, de las nuevas tecnologías que forman parte habitual de nuestra vida cotidiana, siguen habiendo vestigios, muchos, algunos impregnados de incoherencias, inocencias y hasta vehemencias; otros no tanto… que llaman nuestra atención. Basta repasar algunos libros o publicaciones para darnos cuenta que existe un mundo enigmático (en ocasiones destacado en las noticias) que puede transformarse, de la noche a la mañana, en algo tangible –auténtico- o desaparecer para siempre de nuestras vidas, tras la huella de un experimento estricto, serio y riguroso.
Los científicos intentan siempre buscar explicaciones y en casi todo encuentran respuestas lógicas, en otros casos a buen seguro (no tardarán mucho) las hallarán. Algunos asuntos permanecerán como incógnitas para el futuro, quizá para ser resueltos por otros investigadores.
Por esta razón, el Museo de la Naturaleza y el Hombre acoge las “I Jornadas de Criptobiología en la sociedad de las nuevas tecnologías: desilusiones…¿validaciones?”, actividad (en formato charla seguida de coloquio) organizada por el Museo de Ciencias Naturales, que reunirá expertos en distintas materias (biólogos, astrofísicos, arqueólogos, historiadores de arte, médicos, sociólogos o forenses, entre otros) para discutir, en estas sesiones abiertas al público y con moderaciones estrictas, algunas cuestiones que causan extrañeza, así como resolver dudas sobre temas crípticos en el apartado de divulgación.
Ciertas temáticas seguirán siendo misterios. Otras se solventarán, quizá en estas Jornadas, como el final feliz de un cuento, cuya única intención era permitirnos imaginar en medio de un mundo científico de hechos rigurosamente exactos, datos contrastados, experimentos, deducciones, calibraciones, comprobaciones, simulaciones y por qué no, también ilusiones.