Cuando los objetos de la vida cotidiana ingresan en la colección de un museo, su estatus se modifica. De pronto, la utilidad de los objetos se torna meramente contemplativa. De entre todos esos objetos-artefacto, los instrumentos son los que más padecen ese retiro de lo mundano. La secular tradición de no tocar en los museos ha convertido a los instrumentos en objetos sin vida cuya conservación, según algunos autores, pasa sin embargo por afinarlos con regularidad y permitirles de nuevo, fugazmente, recuperar su sonoridad.
El Museo de Historia y Antropología de Tenerife, en colaboración con la Asociación Cultural La Guanchería, puso en marcha unas jornadas sobre el folclore de tambor, acompañadas de una muestra de algunos de los instrumentos protagonistas del llamado “Folclore de tambor”, interpretado con tambores, flautas, panderos, sonajos y chácaras, en contraposición con el folclore denominado “de cuerdas” en el que los timples, las guitarras o las bandurrias toman las riendas de la fiesta.
Paralelamente, y puesto que la música y la danza son aspectos indisolubles en muchas de las celebraciones, la exposición incluyó diferentes ejemplos de los trajes rituales de algunas de las islas. Tras la actuación en el museo de La Guachería, el pasado sábado y, dada la exitosa acogida de lo que surgió siendo una muestra complementaria de las jornadas, el Museo prorroga la exposición hasta el jueves 24 de junio.