2009 fue un año muy especial para la astronomía porque hacía 400 años que Galileo había apuntado al cielo por primera vez con un telescopio, revolucionando así nuestra concepción del Universo. Para conmemorar este acontecimiento, 2009 fue declarado «Año Internacional de la Astronomía» por las Naciones Unidas, que lanzó el reto de comunicar de forma útil, popular y recreativa la importancia de esta ciencia y su contribución a la sociedad.
El Museo de la Ciencia y el Cosmos, con un claro sesgo astronómico desde su creación por iniciativa del Instituto de Astrofísica de Canarias y el Cabildo de Tenerife, aceptó el desafío. De ahí surgió este periódico –Astronomía en el Museo– así como otro, con el mismo fin de divulgación, sobre Darwin y la Biodiversidad, a cargo del Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología con sede en Las Palmas de Gran Canaria, formando ambas publicaciones un proyecto conjunto financiado por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI) del Gobierno de Canarias.
El periódico monográfico del Museo de la Ciencia y el Comos, perteneciente al Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, es un documento sobre cómo derribar los muros del lenguaje entre el saber especializado y el público profano, mostrando algunas de las diferentes maneras de comunicar la ciencia que se ensayaron a lo largo del año 2009 y que se han estructurado en varias secciones. Cada una de ellas recibe una denominación que simboliza el lenguaje o el medio empleado para poner la ciencia al alcance del público.
Así, se han denominado «Voces» aquellos contenidos relacionados con charlas y conferencias por ser ésta la palabra que mejor define la cualidad humana de expresar y compartir el conocimiento. Entre los diferentes temas tratados en esas charlas figuran los meteoritos, la cosmología, el Sol, las mujeres en astronomía, los cúmulos globulares, los sonidos del Cosmos, la astrología, Galileo, la Vía Láctea, el Hubble, los eclipses, las astropartículas y la astronomía egipcia.
La sección «Butaca» engloba aquellas actividades que han utilizado el lenguaje universal del cine para mostrar el trabajo de los investigadores, explicar conceptos científicos o advertir de las consecuencias de una tecnología. Ha sido el caso del curso ¡ASTRONOMÍA, se rueda!, que reunió a expertos de la industria audiovisual, divulgadores y científicos con el objetivo de analizar cómo el séptimo arte ha tratado la astronomía. O la exposición Instrumentos del rodaje de Ágora, una película de Alejandro Amenábar, con réplicas de instrumentos astronómicos antiguos utilizados en la película y que contó con la presencia del director del film. Sin olvidarnos de las proyecciones del Planetario del Museo, que en 2009, además de estrenar tecnología digital, inauguró el nuevo programa infantil realizado con marionetas Jors, Jars, Jurs y los Galigalitos, todo ello con financiación del programa Septenio del Gobierno de Canarias y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia e Innovación. También la astronomía estuvo muy presente en las sesiones dominicales del cine-fórum AluCINE con el futuro.
En forma de obra de teatro multimedia y de nuevo con financiación de la FECYT, el Museo rindió un particular homenaje a la astrónoma americana Henrietta Swan Leavitt y, por extensión, a todas las mujeres astrónomas que debido a prejuicios sociales de la época fueron eclipsadas en un mundo de hombres. Hablamos de El honor perdido de Henrietta Leavitt, un relato construido a partir de la poca documentación que existe sobre esta astrónoma que nos proporcionó la regla de medir grandes distancias en el Universo y que recibió la propuesta de Premio Nobel de Física cuatro años después de haber muerto. El teatro, por su capacidad de personalizar, de poner cara a las cosas y contar anécdotas, requisito indispensable para la buena divulgación, constituye una sección propia en el periódico: «Telón».
La sección «Acordes» hace referencia a la música y el sonido como herramientas para la divulgación. Su lenguaje armónico y pautado ha inspirado tanto a científicos como a compositores. Durante la celebración del Año Internacional de la Astronomía, el Museo participó de algunas actividades que han utilizado la música como una forma divertida de pasear por el Universo, como Bach to the Universe, a cargo del violinista Ara Malikian, entre otros proyectos. Pero no podemos olvidar una de las iniciativas más innovadoras en cuanto a divulgación en Canarias impulsada por el Museo y financiada también por la ACIISI: el programa semanal de radio Galaxias y Centellas, que se emite en Canarias Radio La Autonómica y en el que la astronomía ocupa un lugar destacado. En
«Memorias» se recoge parte de la historia de la astronomía en Canarias. En 2009 precisamente se conmemoró el 50 aniversario del eclipse total de Sol del 2 de octubre de 1959, que fue visible desde las Islas. Con motivo de esta efeméride, se convocó a los testigos de ese eclipse, que acudieron a los actos organizados y compartieron sus recuerdos y documentos gráficos, con los que se hizo una publicación especial.
«Viñetas», por último, es la sección dedicada al mundo del cómic y a su capacidad para motivar a los más jóvenes y acercar a la lectura a los más reacios. En 2009, el Museo se volcó en este particular medio y llevó a cabo importantes proyectos. Astronomía en Viñetas reunió en una exposición itinerante y en una publicación una docena de viñetas cómicas relacionadas con la astronomía que fueron cedidas por prestigiosos dibujantes nacionales e internacionales. También se ha estado trabajando en la elaboración de un cómic, que se editará en breve, dedicado a la figura de Agustín de Betancourt, ilustre ingeniero canario que cuenta con el privilegio de tener un asteroide con su nombre.
2009 ha tenido a la astronomía como protagonista, pero ha sido la ciencia en general la que ha salido beneficiada de todas las actividades que se han celebrado. La divulgación es un compromiso con la ciencia y con la sociedad que todos los museos e instituciones científicas deben asumir con la voluntad firme de derribar cualquier muro de incomunicación. Por suerte para todos, la ciencia, como el Universo, no tiene fronteras y el Museo de la Ciencia y el Cosmos –aseguran sus responsables-, seguirá haciendo divulgación científica por muchos años.