El Museo de Historia y Antropología de Tenerife colabora con el Área de Economía y Competitividad de la Consejería de Desarrollo Económico Comercio y Empleo en el desarrollo de este proyecto expositivo en el que se realiza un recorrido temático sobre la labor de las encajeras de rosetas de la Isla y la difusión de su trabajo por el mundo. Comienza con los antecedentes de las rosetas tinerfeñas, cuyo origen parece que se encuentra en los soles de Salamanca, los de Casar (Cáceres) y los puntos de Cataluña, encajes de gran dificultad técnica que hoy en día han desaparecido totalmente y que tenían gran similitud formal y técnica con los de las Islas. Por primera vez se muestra, la importante colección de deshilados de los siglos XVII y XVIII que conserva el Museo de Artesanía Iberoamericana y que han sido previamente restaurados por conservadores del Organismo Autónomo de Museos y Centros.Las rosetas, rosas o encaje de Tenerife -nombre con el que se conoce en todo el mundo a esta modalidad de encaje- ha sido una de las labores de aguja más representativa del Archipiélago Canario, con especial desarrollo en Tenerife y Lanzarote. Descendientes directas de los trabajos de deshilado -calados en Canarias- representan la única aportación genuinamente española a la amplia variedad de encajes en Occidente. En Tenerife perviven de forma residual en Arona y Vilaflor habiendo desaparecido de la zona Norte donde se practicó profusamente. En Lanzarote las siguen manufacturando aunque de forma minoritaria, y en Fuerteventura y Gran Canaria se han extinguido. Las emigrantes canarias las llevaron a muchos países de América, Asia y Europa donde se siguen ejecutando y reciben diferentes nombres. Sus antecesores más directos en la Península fueron las labores denominadas soles o ruedas y en Canarias los soles canarios presentes en los calados. Aunque todos ellos parten de un tejido previamente deshilado trabajado en bastidor, las rosetas se desarrollaron como una técnica diferente que prescinde de la tela base. Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, tuvieron especial desarrollo en nuestro archipiélago llegando a constituirse en industria artesana, explotada casi siempre por casas comerciales extranjeras, que las difundieron por Europa y América principalmente, donde se pusieron de moda como labor casera de las damas, propagándose la técnica por medio de numerosas publicaciones.
Museo de Artesanía Iberoamericana
Calle Tomás Zerolo, 34, Villa de la Orotava
Del 13 de octubre al 20 de noviembre
De 09.30 a 14.00hs.