El resultado fue el inicio de un programa de voluntariado para guiar visitas, que se mantiene aún en la actualidad en el Museo de Naturaleza y Arqueología y en la Casa Lercaro del Museo de Historia y Antropología de Tenerife. La larga trayectoria de este programa es un indicio de su valor en un contexto vital en el que estas personas mayores, una vez finalizado su vínculo laboral tras años de dedicación, cuentan con más tiempo libre e invierten parte de él en el ámbito cultural. Paralelamente, la presencia de estas personas voluntarias en los museos favorece diálogos intergeneracionales. Además de este programa relacionado con las visitas guiadas, algunos departamentos como el Área de Conservación de Museos de Tenerife cuentan también con un entusiasta e incansable equipo de voluntarios entre los que se incluyen varias personas de mayor edad.
Expresamos desde aquí nuestro mayor reconocimiento y agradecimiento a la labor y la generosidad de todos ellos.
Otras acciones como el Etiquetado Social del Archivo Fotográfico Vicente Pérez Melián en la Casa de Carta del MHA permiten generar prácticas colaborativas entre las comunidades y el museo. Los recuerdos sobre las personas y los acontecimientos de un determinado lugar y momento que conservan las personas mayores enriquecen el conocimiento del archivo y, por extensión, de la propia comunidad de Valle de Guerra. Al mismo tiempo, este Etiquetado Social en el que se visualizan imágenes del archivo para luego ser comentadas por el vecindario asistente, se convierte en espacio de encuentro en el que todos se sienten como en su propia casa, colaborando a un afecto hacia el museo que se traduce en un cuidado por el patrimonio conservado y por unos lazos más estrechos entre museos y comunidades.
En otras ocasiones, las personas mayores participan junto con el museo en iniciativas que colaboran a recuperar parte del patrimonio inmaterial del entorno cercano al museo, configurándose una suerte de trabajo de campo colaborativo. Podemos poner como ejemplo la sesión de los Nocturnos de verano del MHA titulada “Hablemos al verres. Patrimonio Intangible de La Laguna”. En colaboración con la Asociación de Vecinos del Casco Histórico de La Laguna se recuperó la memoria de esta particular manera de hablar, surgida en los años 20 del pasado siglo, como subterfugio para que las autoridades no entendieran a los hablantes y que fue especialmente empleada en la Barbería Fariña de la ciudad.