Si tenemos que pensar en las típicas colecciones particulares, posiblemente nos venga a la cabeza el mundo de la filatelia y la numismática. Resulta bastante habitual haber pasado por etapas en las que atesoramos y creamos colecciones de pequeños objetos, desde chapas de botellas o canicas en edades tempranas hasta colecciones de monedas o medallas una vez la curiosidad nos ha invadido y sentimos la inquietud de continuar con este interesante entretenimiento. En general el hobby colector, y el de las monedas en particular, tiene el aliciente de levantar pasiones que se pueden convertir en una verdadera “fiebre del coleccionista”, adicción que cuenta ya con bastantes adeptos. Y es que estos objetos tienen una capacidad cautivadora que además de permitir estudiar y conocer la evolución histórica, del arte, la arquitectura y las costumbres, actúan como un vínculo entre el pasado y el presente
El arte de sumergirse en la numismática conlleva este interés por el conocimiento de la historia, pero también precisa de una economía que posibilite la adquisición de monedas, entusiasmo para realizar la catalogación de las piezas, valorarlas y dotarse de las herramientas para autentificarlas y, por último, atender al cuidado y manipulación de estas colecciones.
En la idea de facilitar la conservación en casa de colecciones de monedas o medallas, en el siguiente enlace pueden descubrir sus cuidados básicos:
Ruth María Rufino García
Técnico superior área de Conservación-Restauración
Museos de Tenerife.
FOTO 1: Anverso Veinticinco pesetas, denominada también “Alfonsina”. Alfonso XII, 1881. Oro.
FOTO 2: Reverso Veinticinco pesetas, denominada también “Alfonsina”. Alfonso XII, 1881. Oro.