Este modelo de botas, cuyo nombre propio es el de “polacas”, están manufacturadas en cuero marrón teja, con forro también del mismo material en tono beige y tejido de color crudo. Miden 26 cm de alto y presentan punta afilada con suela y tacón de cuero, que alcanza 5.5 cm de altura. Son de caña alta a media pierna y tienen cierre lateral compuesto por nueve botones y sus correspondientes ojales. Constituyen el calzado de un atuendo de maga y todo el conjunto fue donado al Museo de Historia y Antropología en el año 2013, entrando a formar parte de la colección denominada Indumentarias, artes y tecnologías textiles.
Las botas que protagonizan hoy nuestra sección REGISTRO DE SALIDA datan de los años 60 del siglo XX y son una rareza respecto a las usadas con el traje de maga de La Orotava, por todas las características antes nombradas: caña alta, color marrón, punta afilada y tacón diferente al denominado de “carrete”, que es el usual en las botas utilizadas para los trajes típicos de Tenerife que suelen ser negras o de “cuero virado” y caña corta. Son de los últimos ejemplares fabricados en La Laguna por los maestros artesanos zapateros que eran capaces de manufacturar varios tipos de calzado, a diferencia de los actuales dedicados a la reparación, fundamentalmente.
El traje de maga del que forman parte estas botas está compuesto, además, por: el sombrero de fina empleita de palma; pañuelo adamascado de color crudo; camisa de algodón con escote que, en sus partes delantera y trasera, así como en la bocamanga, presenta calado en hilo encarnado formando retículas romboidales; justillo bordado; enagua blanca de algodón; falda de lana; delantal de algodón blanco, con labor de calado y dos remangos (uno de los años 60 y otro de los años 40 del siglo XX). El delantal, el justillo y uno de los remangos fueron confeccionados por doña Eladia Machado y sus empleadas en La Orotava, lugar de donde también procede la camisa. En cambio, la extraordinaria falda de lana, que la donante heredó de su madre, se tejió en los años 40 del pasado siglo en Taganana por doña Juana Negrín.
Las botas fueron elaboradas por don Octavio Álvarez Fortes y sus características se corresponden con las de un modelo de polacas del siglo XIX. Don Octavio, renombrado zapatero del centro histórico de la ciudad de La Laguna, heredó de su padre tanto el oficio como el taller de zapatería, ubicado en la esquina de la intersección de la Calle Juan de Vera y la Calle San Agustín, quien la abrió al público en 1934 y cerró sus puertas en 1997. Se da la singular casualidad que, desde 1999, las herramientas que conformaban el taller y los elementos que dieron vida a los zapatos allí creados, también pasaron a formar parte de las colecciones del museo.