En la primavera del 2012 en la Playa de La Calera del islote de Lobos (La Oliva, Fuerteventura), en medio del estrecho de mar que discurre entre Lanzarote y Fuerteventura (NE del Archipiélago Canario), se produce el descubrimiento fortuito de unos fragmentos cerámicos a torno, entre ellos parte de un borde, cuello y asa de un ánfora Haltern 70, asociados a un afloramiento de conchas que por su densidad correspondía a un conchero muy diferente a los conocidos en las culturas canarias antiguas, con un registro de especies variado con abundantes Patellae y Osilinus (concheros de lapas y burgados), al estar compuesto por gran cantidad de Stramonita haemastoma (púrpura) que presentaban patrones de fractura antrópicos. Dos aspectos, un conchero monogénico de púrpuras con huellas de procesado y cerámica a torno romana, nos llevó a calificarlo como un taller de púrpura de esa época y a señalar que Canarias aparece como el límite de la Ecúmene del Imperio Romano en el Atlántico centro-oriental. (Foto 1: yacimiento arqueológico del islote de Lobos)
El taller de púrpura de Lobos 1, de época altoimperial, es un espacio tecnológico, dedicado a la producción de púrpura, cuyos detritus se presentan en concheros, montículos de cúspide aplanada y de tendencia lenticular-circular. Se caracterizan por estar formados por MURICIDAE (Stramonita haemastoma, con una representación superior al 95%, acompañado de Hexaplex duplex y otra malacofauna varia); porque las conchas de los moluscos muestran patrones de fractura antrópica característicos de los procesos extractivos en las explotaciones de púrpura, por estar asociados a estructuras de combustión y por identificarse las herramientas usadas en la cadena de producción de los murileguli, como yunques y percutores de basalto, pequeños fragmentos laminares de hierro (posibles cuchillos) y calderos de plomo, un conjunto que asegura su adscripción como taller.
La diversidad y abundancia de los registros materiales encontrados en Lobos contrasta con los pocos materiales que aparecen en otros talleres de púrpura, esto se debe a la lejanía respecto a su punto de partida, probablemente Gades. Así parece indicarlo los tipos mayoritarios de producciones cerámicas, señalando que las expediciones se surtieron en la bahía gaditana, quizás desde una etapa muy avanzada tardorepublicana, con un horizonte aún no bien definido pero al que apuntan algunas producciones cerámicas como barnices negros de imitación y lucernas, y sobre todo en época altoimperial, augustea y tiberiana. (Del Arco et alii 2016).
Su trabajo comienza con la captura de los MURICIDAE, el molusco del que se va a extraer el tinte de color violáceo procedente de la secreción de su glándula hipobranquial, y que va a ser procesado para la obtención del tinte tan apreciado en la antigüedad, la púrpura.
Los murilgeuli debieron proceder, en primer lugar, a diseñar las estrategias extractivas más productivas, que se realizarían en los caladeros existentes en el entorno del islote, a través del marisqueo manual, durante la bajamar, o mediante el sistema de nasas, como indican las distintas fuentes (Por ej., en la “Historia de los animales”, de Aristóteles: V, 1, 547a, V, 25-30, 547a; en la “Historia Natural” de Plinio, IX, 132), pues en los concheros de Lobos encontramos algunos restos de caparazones de otros moluscos, entre los bivalvos los de mejillón, reconocido por su papel como carnada para atrapar a las voraces púrpuras, u otros, con la misma finalidad, como variedades de Cerithium, sin descartar otros cebos, de los que también hay noticias en las fuentes clásicas (Arist. HA. VIII, 20, 602b-603a; PL. NH. X.195), identificamos también algunos tricomas de Verbascum thapsus cf. que nos mostrarían el sistema de envenenamiento del agua o envarbascado (Afonso, 2016; Del Arco et alii, 2016; Gijón y del Arco, 2016).
También utilizarían redes de arrastre, pues identificamos en los concheros materiales inertes o inorgánicos, como conchas rodadas, colonizadas al interior por briozoos, y guijas, que nos están indicando una extracción no selectiva.
En paralelo, y como segundo paso, para mantener las capturas en un estado óptimo hasta su procesado, se acumularían en nasas, fijadas en la rada principal de la Playa de la Calera, o en uno de sus laterales, en el que se observa un espacio más reducido a modo de vivero natural que en marea baja queda aislado, un espacio asimilable a las charcas, viveros o piscinas ya conocidos en otros lugares en relación a la acuicultura (Bernal; Alonso, y Gracia, 2011).
A continuación, el siguiente paso, es tomar las decisiones sobre la instalación del punto concreto para el procesado, que nos queda fosilizado como concheros arqueológicos y que pudo ser un punto único y estable durante varias jornadas de trabajo o variar en función de determinadas circunstancias (condiciones óptimas del trabajo, ordenamiento del espacio, áreas fabriles y separación para un mayor rendimiento, condiciones climáticas…); y en esa área tener a punto el instrumental oportuno. De este, Lobos ha proporcionado un importante conjunto de herramientas líticas, encontradas en las superficies de los concheros o en el entorno próximo, yunques y percutores, instrumentos usados en la primera fase de la cadena extractiva de la púrpura en tierra. Están realizadas en con materia prima local, basaltos y ocasionalmente en calcarenita, sobre soportes de guijarros de diversa forma y tamaño.
Los yunques tienen cráter (depresión, hoyuelo) unifacial o bifacial, lugar donde se deposita el ejemplar de murícido a procesar, y en cuya periferia aparecen las improntas de impactos de percusión. Son móviles y de fácil manipulación y probablemente cada murileguli tenía a mano varios yunques y percutores, para manejar en razón al tamaño del ejemplar que procesaba. El golpe se efectúa con percutores de variable forma y peso, con superficies muy pulimentadas por el uso, y muestran, en ocasiones, residuos y adherencias de tonalidad marrón oscura-rojiza que interpretamos como manchas procedentes del material tintóreo de las que estarían impregnadas las manos de los murileguli, junto a otros componentes ambientales, aspecto comprobado en nuestras experimentaciones. Esa percusión obedece siempre a unos mismos gestos, por lo que de ella deriva lo que llamamos “patrón de fractura” o rotura sistemática de las conchas de una forma determinada, que estudiamos en el registro, clasificamos en tipos y frecuencias y reproducimos mediante experimentación. (Cebrián, 2016; Cebrián et alli 2019 a y b)
Tras la rotura de la concha y de forma inmediata se extrae la glándula, usando un instrumental de corte o de aprehensión, como cuchillos a los que pertenecerían los fragmentos de laminillas de hierro, abundantes en los concheros, y las piezas filiformes de base cobre que pudieran pertenecer a pinzas, cinceles o punzones usados en el desprendimiento de la glándula mediante su inserción y un tirón.
A continuación, si nos atemos a la información que nos proporciona la literatura clásica (Pl. NH. IX, 133) y a la observación de distintos procesos experimentales se considera que el molusco, una vez extraído, pasaría por un proceso de ablandamiento (en agua con sustancias alcalinas, potasa, cal) y una posterior reducción en calderos de plomo, con un largo y suave calentamiento. Durante el cual se irá retirando el espumajo, un proceso que ha dejado huella de su vertido en algunas zonas del yacimiento, como queda de manifiesto en los sedimentos de color violáceo. En Lobos contamos con las estructuras de combustión o fogatas en los mismos concheros o en su proximidad y con dos fragmentos de estos calderos. Uno es rectangular con desarrollo convergente, de pequeñas dimensiones (10,8 cm x 10,3 cm) y presenta en su cara cóncava adherencias violáceas, posibilitando su adscripción a este tipo de pieza, quizás a un fondo o pared. El otro es un fondo circular (33 cm x 29 cm Ø), deteriorado en su perímetro, del que arrancan las paredes y con amplias zonas con tonalidad violácea. No cabe duda del interés de estas dos piezas, pues solo conocemos un fragmento irregular, valorado como caldero, en Águilas (Murcia) (Hernández, 2005) y uno cilíndrico, completo, de 9,3 cm de diámetro de base y paredes altas, procedente de Tamuda y atribuido a esta función (Bernal et alii, 2014).
A pesar de que el registro de Lobos nos da una amplia información del proceso tecnológico extractivo de la púrpura, no muestra aún cómo se produjo la preparación final del producto tintóreo para su salida del islote. Las opciones son varias, desde un estado viscoso y semisólido, como por deshidratación y trituración, en forma de tortas, pastillas o polvo (purpurissum), sin que hayamos registrado el tipo de envase que se utilizó. Tampoco contamos con cubetas u otros materiales para el procesado y tintado in situ, una cuestión que, si bien es una hipótesis no descartable, implicaría que al islote llega también el textil necesario, pues en los contextos canarios sólo se ha reconocido la presencia de ovinos de pelo raso (Del Arco et alii, 2016: 321).
Así que, Lobos se caracteriza, en el estado actual de la investigación, por ser un Taller de púrpura, a línea de costa, especializado en el proceso extractivo de la púrpura getúlica y no un taller de tintado u officina infectoria.
Mercedes del Arco Aguilar
Conservadora de Arqueología. Museo Arqueológico de Tenerife
Afonso Vargas, J. Á. (2016): “Estudio microarqueológico de una selección de sedimentos del yacimiento Lobos 1”, en Un taller romano de púrpura en los límites de la Ecúmene, Lobos 1 (Fuerteventura, Islas Canarias). Primeros resultados. Edición de Mª del C. del Arco et alii. S/C de Tenerife: OAMC.
Bernal Casasola, D.; Alonso Villalobos, C. y Gracia Prieto, F. J. (2011): “De la acuicultura en Baetica. A propósito de la posible piscina-vivero del yacimiento haliéutico del Cabo Trafalgar (Cádiz)”, Zephyrus, vol. 67, pp. 145-160.
Bernal Casasola, D.; Raissouni, B.; El Khayari, A.; Díaz Rodríguez, J. J.; Bustamante Álvarez, M.; Sáez Romero A.; Cantillo Duarte, J. J.; Lara Medina, M., y Vargas Girón, J. M. (2014): “De la producción de púrpura getúlica. Arqueomalacología en la cetaria altoimperial de Metrouna”, en Purpereae Vestes, IV, Production and trade of textiles and dyes in the Roman Empire and neighbouring regions. Actas del IV Symposium Internacional sobre textiles y tintes del Mediterráneo en el mundo antiguo. Edición de C. Alfaro et alii. Valencia: Universidad de Valencia pp.175-188.
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Cebrián-Guimerá, R.; del-Arco-Aguilar, M. del C. and del-Arco-Aguilar, M. (2019b en prensa). “Muricidae breakage patterns at the Roman high imperial period purple dye workshop from Isla de Lobos (Fuerteventura, Islas Canarias). A characterization proposal”, Bulletin d’ Archéologíe Marocain.
Cebrián, R.; del-Arco, M. del C.; Bernal, D.; Cantillo, J. J.; del-Arco, M. y Vargas, J.M. (2019 en prensa): “Púrpura romana en El Olivillo (Cádiz) y Lobos (Canarias): comparativa de los patrones de fracturación y arqueología experimental”, en VII Symposium International Purpureae Vestes, (Granada 2019).
Del Arco Aguilar, M. del C.; del Arco Aguilar, M. M.; Benito Mateo, C. y Rosario Adrián, M. C. (eds.): (2016): Un taller romano de púrpura en los límites de la Ecúmene, Lobos 1 (Fuerteventura, Islas Canarias). Primeros resultados. S/C de Tenerife: OAMC-Cabildo de Tenerife (Canarias Arqueológica-Monografías, 6).
Del Arco Aguilar, M. del C.; del Arco Aguilar, M. (2019 en prensa). Romanos en Canarias. Una visión desde el taller de púrpura del Islote de Lobos (Fuerteventura). Actualidad de la Investigación Arqueológica en España I, pp.449-465. Museo Arqueológico Nacional Madrid.
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