En los últimos tiempos, todos mostramos un interés inusitado por conocer los pronósticos actualizados de la meteorología, ya que tienen una importante incidencia en nuestra vida cotidiana. Cuando nos levantamos cada mañana, o antes de emprender cualquier actividad, queremos saber si lloverá, hará viento fuerte o pausado, si se desatarán olas de calor, nos invadirá la calima o el ambiente será sosegado, porque el carácter extremo de los meteoros implicados condicionará muchos aspectos de nuestras vidas y del colectivo (sociedad) en que estamos inmersos. Pero, qué sabemos de la meteorología ¿es lo mismo que la climatología?… Por qué hablamos tanto del tiempo que hace o que hará en nuestras conversaciones del día a día, por qué se dedica un espacio amplio en los informativos en las noticias al pronóstico, qué nos preocupa cuando se anuncian temporales… Hoy iniciamos una serie de artículos, intentando dar respuesta a esas preguntas que habitualmente nos hacemos o bien nos descubrirá aspectos, hasta ahora inéditos, sobre metodología y protocolos, de una disciplina que hemos tenido olvidada en ocasiones, a pesar de lo esencial que es para el buen desarrollo y bienestar de nuestra vida.
Unas ochenta y tres unidades de estaciones meteorológicas son gestionadas, en la actualidad, por diversas instituciones (Agrocabildo, Aemet, ICIA…), así como por particulares (ver figura 1). Estaciones meteorológicas que están ubicadas, principalmente, en la costa, medianías y montaña, en distintas vertientes de la isla de Tenerife, formando transectos altitudinales, y cuyos sensores meteorológicos tuvieron diferentes fechas de inauguración. Curiosamente, las primeras once estaciones dependientes de Agrocabildo (Cabildo de Tenerife) se instalaron en el año 2001, si bien, más tarde, al observar el buen rendimiento en la recogida de datos, el Cabildo de Tenerife amplió la red a otras 45 estaciones en julio del año 2004. Por otro lado, la red de estaciones del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (conocido por las siglas ICIA) está constituida por nueve unidades, comenzando a registrar observaciones en algunas estaciones en el año 2000. Asimismo, la red de estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (siglas AEMET) está formada por catorce unidades, iniciando la toma de datos, el registro de observaciones, en Izaña en el año 2007. Señalemos que el Aeropuerto de los Rodeos lo hace (recoge registros) desde el año 2009, y el resto de estaciones en junio 2010.
Una estación meteorológica automática (ver figura 2) es un equipo electrónico de adquisición de datos en el que los instrumentos efectúan, almacenan y transmiten las observaciones de forma autónoma, sin necesidad de la presencia de personal. La configuración tipo de una estación automática es:
– Torre o apoyo de instrumentos
– Sensores diversos. Depende de la disponibilidad económica
– Sistema de almacenamiento de datos en datalogger
– Sistema de comunicación por modem o radio
Evidentemente presentan ventajas respecto de las estaciones manuales, ya que son más precisas en sus medidas, proporcionan datos a mayor frecuencia las veinticuatro horas del día, todos los días, y se pueden colocar en zonas aisladas (de difícil acceso).
Los sensores de temperatura, humedad, velocidad y dirección del viento escrutan la atmósfera en intervalos de pocos segundos y el data logger registra el valor promedio de las observaciones. Sin embargo, los sensores de la precipitación y radiación solar directa escrutan la atmósfera y el data logger registra el valor acumulado de las observaciones. El periodo de almacenamiento de las observaciones -promedio o acumulada- depende del organismo oficial propietario de la estación. Así, por ejemplo, el control de registros se lleva a cabo cada 10 minutos en Agrocabildo y AEMET y cada 30 minutos en ICIA. Los valores medios en esos periodos minutales hace perder la precisión de la observación. A pesar de este inconveniente, los nuevos valores medios son grabados y constituyen los «registros» de los ficheros de datos, que posteriormente son utilizados en los análisis climáticos.
Veamos (figura 3) un ejemplo de utilidad de la información recogida en 2019. El conjunto de observaciones pluviométricas en todas las estaciones meteorológicas es el trazado de las isolíneas de precipitación anual acumulada o isoyetas anualde la isla. Un método estadístico gráfico que visualiza inmediatamente las intensidades pluviométricas y sus contrastes territoriales. Así, el año hidrológico 2019 fue muy seco, el tercer año más seco en el intervalo entre 2005 y 2019. Destacan los contrastes y homogeneidades de las precipitaciones escasas acumuladas en las extensas vertientes este sureste, oeste noroeste y del Parque Nacional del Teide. Precipitaciones intensas en superficies limitadas ovaladas en medianía alta del norte noreste, comarca de Acentejo y cresterías del macizo de Anaga, monte verde, precipitaciones entre 600 mm a 800 mm. Precipitaciones notables en la franja longitudinal alargada y estrecha en la vertiente de barlovento norte noreste, noreste en medianía alta, comarca de Acentejo y cresterías del macizo de Anaga, zona de cultivo y monte verde, precipitaciones entre 500 mm a 600 mm. Por el contrario, precipitaciones leves en la franja costera sur sureste a oeste, volcán Teide y sus aledaños, precipitaciones inferiores a 50 mm; precipitaciones apreciablesen superficie extensa y alargada, constituida por la costa y medianías bajas del sureste, oeste noroeste y las Cañadas del Teide, precipitaciones entre 50 mm a 100 mm. Además, precipitaciones copiosas en la superficie alargada, estrecha, continua en medianía y tramos de costa noroeste, noreste, entre 300 mm a 500 mm.
Asimismo, el escrutinio de días lluviosos muestra superficies con “mojadas notables”, muy poco extensasen la medianía alta de la vertiente nornoreste y crestería del macizo de Anaga; superficie “mojada” poco extensa en las medianías altas del norte-noreste, noreste; superficies “mojadas destacadas”, extensas, alargadas en las medianías noroeste, noreste y medianía alta noreste, sureste. Por el contrario, superficies con “mojadas apreciables” extensas, en costa del macizo Anaga, medianía baja noroeste, noreste y medianía alta norte, noroeste en la vertiente septentrional. También la costa y medianías altas del noreste, sureste en la vertiente meridional; superficies “mojadas exiguas”, muy extensas, en mitad de la superficie insular, costa y medianías bajas del sureste, oeste, vertientes meridional y occidental y zona montañosa central.
Destacamos cómo las precipitaciones otoñales son ligeramente más abundantes que las precipitaciones invernales,sobre todo en las vertientes norte. Las precipitaciones primaverales son copiosas e inferiores a las precipitaciones invernales. Además, las precipitaciones estivales son apreciables en las medianías noroeste a noreste y testimoniales en el resto del territorio.
Curiosamente, también son notables las precipitaciones acaecidas en tres episodios barométricos similares: invasión de aire húmedo por el costado oriental del anticiclón de Azores e irrupciones de frentes nubosos activos a mitad de invierno y comienzo de otoño, el 17 de enero, 15 y 16 de febrero y 26 de octubre…de ese año.
Continuaremos dando algunos detalles de interés…
Luis Manuel Santana Pérez, físico, experto en meteorología y colaborador del MUNA, Museo de Naturaleza y Arqueología
Diseño de mapas: Andrés Delgado Izquierdo, Asociación de Amigos del MUNA, Museo de de Naturaleza y Arqueología