El sábado, 11 de mayo, el Museo de la Ciencia y el Cosmos (1993) sumó un año más, y van veintiséis
En ciencia sumar es siempre agregar elementos de la misma índole. En los años que suma el Museo, además de su evolución y desarrollo, suman la perspectiva de un cuarto de siglo de ciencia viva y la expectativa de perseguir a la ciencia en su veloz avance.
Diseñado desde sus orígenes como un contenedor de ideas en desarrollo, el Museo, nacido a finales del siglo veinte, ha tenido el sino de evolucionar junto con la sociedad. Al estar planteado como un lugar en transformación, tanto el desarrollo tecnológico, como la facilidad para acceder a la información, han contribuido a la forma en que las personas siguen acercándose en busca de nuevas ideas. El éxito de un lugar como éste no es tanto el número de visitantes, sino que estos se conviertan en asiduos habitantes de la ciencia.
El Museo, por tanto, ha vivido muchos ciclos ?algunos más complejos, otros cambiantes?, pero todos han dejado una huella. Cada director, asimismo ha impreso la suya, que se suma como estratos a la historia del Museo. En la primera etapa, su fundador, Ignacio García de la Rosa, se encargó de grabar a fuego el concepto del Museo como fábrica de ideas, hoy todavía es el pilar que lo sostiene. Juan Antonio Belmonte Avilés acuñó al Museo como contenedor nuevo de las viejas ideas. Inés Rodríguez Hidalgo hizo del Museo un lugar para todos, así sigue siendo. Carmen del Puerto Varela convirtió a la ciencia en espectáculo y logró hacer una renovación importante de los contenidos. Antonio Mampaso Recio consiguió convencer al público adulto que el Museo también es de ellos. Ahora, empezando un nuevo cuarto de siglo, Héctor Socas Navarro quiere bautizar al Museo como el foro de cultura científica que la sociedad está demandando.
Hoy en día nos visita profesorado que hace veinte veinticinco años era alumnado. Nos visitan madres y padres con sus retoños, que en los años noventa eran asiduos todos los sábados. Nos visitan grupos de preescolar, de dos o tres años, a los que les hemos puesto un escalón en el agujero negro. Hemos hecho obras de teatro, observaciones astronómicas, festivales de neuromagia, acampadas, conferencias, exposiciones, ciclos de cine, formación de profesores, cumpleaños. Hemos recibido a premios nobeles y astronautas, investigadores de prestigio internacional y aficionados a la astronomía, a miles de escolares y grupos de mayores de todo el archipiélago.
Siempre buscamos lo nuevo y desde un ángulo diferente, continuamente nos replanteamos lo que hacemos y la forma en la que lo hacemos. No nos damos nunca por satisfechos, queremos llegar a la gente, porque como dijo Richard Feynman «todos los días nacen nuevas generaciones. Porque durante la historia se han desarrollado grandes ideas y esas ideas no perduran a menos que se transmitan deliberada y claramente de una generación a la siguiente».
Perseguir a la ciencia en su veloz avance es nuestro reto, le vamos pisando los talones, seguimos en construcción: Made in Cosmos.
Los veinticinco años que supera el Museo están reducidos en este vídeo, con él queremos agradecer su curiosidad.