Nuestro REGISTRO DE SALIDA de hoy es un Gramófono con altavoz de madera, modelo “The Monarch Senior” y fabricado por la empresa “THE GRAMOPHONE Company Ltd”. Fue donado al Museo de Historia y Antropología de Tenerife en el año 2018 pasando a formar parte de la colección de Tecnologías modernas.
Su datación gira en torno a los inicios del siglo XX y por sus características puede ser muy probablemente de fabricación inglesa, dada la singularidad de las piezas que lo forman.
Se hallaba abandonado en un almacén de obras en Arico, en la zona sur de la isla, con graves daños, lleno de polvo y suciedad, sin funcionar y, en general, en un estado de notable deterioro, siendo su posible destino ser quemado junto con el resto de desechos de la obra.
Aunque no se sabe con certeza es muy posible que se obtuviera a través del "cambullón" que se practicaba antiguamente en la zona portuaria de Santa Cruz de Tenerife, aproximándose a los barcos antes de llegar a puerto para negociar la compra/venta o trueque de objetos, medicamentos, enlatados, vinos, etc. En cuanto a su traslado desde la capital a Arico, se llevaría a cabo posiblemente en barco, ya que esa era la manera más común de comunicación hacia la zona sur de la isla.
De este Gramófono se pudieron rescatar todas las piezas por el mismo donante, quien se encargó de limpiar, reparar, barnizar y restaurarlo en su conjunto, consiguiendo dejarlo en pleno funcionamiento. Junto a él se descubrió también un lote de discos con su maleta/estuche de viaje y un juego de agujas de repuesto.
Se trata de un modelo de lujo de la empresa “THE GRAMOPHONE Company Ltd” antes mencionada, con trompa de madera y caja tallada a mano, realizada con madera maciza de roble. De decoración sencilla, aunque elegante, los paneles muestran casetones y molduras mientras que las esquinas de la caja están labradas en forma de columna. Las dimensiones de estos aparatos pueden variar de acuerdo al modelo, sin embargo, por lo general llegan a ser de 76 centímetros de longitud, presentando la boca un ancho de 63 cm.
La placa de latón fijada en la parte delantera está grabada con la siguiente inscripción: “THE MONARCH SENIOR. GRAMOPHONE. REG. Nº 561940”.
En uno de los laterales de la caja del Gramófono, como un elemento decorativo más, se encuentra una imagen (obra de Francis Barraud) en la que aparece un perro sentado delante de un fonógrafo y bajo la cual puede leerse la frase: “His Master´s Voice” (la voz de su amo). La escena pasaría a formar parte del imaginario colectivo en relación a la industria discográfica. Un dato curioso de esta imagen es que, tras el rechazo inicial de la compañía Bell, el pintor la ofreció a “THE GRAMOPHONE Company Ltd” quienes, para comprarla, exigieron cambiar el reproductor en el que se estaba fijando el perro.
El motor y el reproductor de este Gramófono son originales, al igual que todas las piezas del aparato, con una única excepción: el codo de cobre que une el brazo al reproductor, ya que se trata de una antigua reparación. Sin embargo, este detalle apenas se aprecia siendo más destacable el fluido y silencioso funcionamiento del mecanismo. La trompa es probablemente uno de los elementos que más llaman la atención. Fue fabricada con finas y amplias lamas de madera, teñida y coloreada, que no sólo aumentan la belleza de la veta y del color, sino que le da un aire muy especial ya que lo normal es que las trompas de este tipo de gramófonos sean de metal decorado imitando madera.
El Gramófono, aparato patentado en 1888 por el alemán Emile Berliner, tenía como característica diferencial su capacidad de grabar y reproducir sonido sobre un disco plano, lo que lo distinguía del Fonógrafo (invento de Thomas Edison y primer aparato más común para grabar y reproducir sonidos desde la década de 1870 hasta la década de 1880) que utilizaba un cilindro como soporte físico. El hecho de ser más sencillo de utilizar que su antecesor y con menor costo de producción lo convirtieron en uno de los mejores inventos de la época, permitiendo, además, la reproducción del sonido con mayor calidad.
Consta principalmente de un plato giratorio, soporte plano y circular sobre el que se apoyaba el disco, un brazo movible que sostiene la aguja lectora en el extremo y un amplificador. El disco sobre el que se graba el sonido está fabricado en baquelita lo que, desafortunadamente, hacía que se rompiera con facilidad.
Respecto al sistema de grabación de los discos, tratados posteriormente con elementos químicos, hay que decir que se trata de un procedimiento analógico según el cual las ondas sonoras son transformadas en vibraciones mecánicas que se transmiten hasta una púa, provocando el trazado de surcos en forma de espiral sobre la superficie de un disco metálico o de cera. Durante la reproducción, el brazo de la aguja se deja caer sobre el disco y va recorriendo los surcos, produciendo vibraciones mecánicas que se transmiten a un diafragma ubicado en el cabezal reproductor del brazo. En dicho cabezal las vibraciones se transforman finalmente en sonido, emitido y amplificado a través de una bocina que, con el tiempo, sería sustituida por uno o varios altavoces.
Su diseño fue pronto motivo para convertirlo en un objeto de decoración cada vez más cotizado a la hora de dar un toque vintage al salón o la sala de estar de las casas, incluso a un rincón de despachos y oficinas. Diseñado originalmente para reproducir música y prácticamente en desuso desde mediados de los años 50 del siglo XX, su función actual es principalmente decorativa, ya que su calidad de sonido es obviamente muy inferior a la de los actuales dispositivos de reproducción digitales. Pese a su obsolescencia, sigue siendo reconocido y valorado por haber supuesto una auténtica revolución musical.