Las calles del casco histórico de la ciudad de La Laguna acogieron el pasado jueves el desfile que supone la antesala al Corpus Christi, celebrado el domingo
El Ayuntamiento puso en marcha hace varios años este proyecto para recuperar tradiciones perdidas y devolver a la ciudad parte de su patrimonio inmaterial.
La fiesta del Corpus es la más antigua de La Laguna y el mencionado desfile se celebró desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XVIII. Actualmente, y después de un exhaustivo estudio e inventario de los diversos componentes rituales que han existido a lo largo del tiempo, se ha redibujado su estructura para traerlo al siglo XXI no tanto como evento religioso, sino como desfile cultural. Pero el festivo aplauso y la devoción piadosa parecen no ser incompatibles y coexistieron. El Corpus (o sagrada forma) era acompañado por variedad de danzas, músicos, la bicha o tarasca (con forma de serpiente), diabletes, papahuevos, y gigantes. También salían santos como San Plácido, San Roque o San Juan y hubo pleito por el lugar que cada uno ocupaba. Tras los monstruos y matachines se colocaban los distintos gremios: el de los laneros, los zapateros, los pedreros o los labradores, cada uno con su estandarte.
Este año, el desfile contó con un gremio más, el de las vestiduras, gracias a la colaboración del Museo. En él se agruparon varias profesiones de la cuales algunas llegaron a tener gremio propio y otras (consideradas menores) no, aunque eran fundamentales para lograr completar un atuendo de cualquier modalidad, ya fuera civil o militar. Algunos ejemplos relevantes son, por ejemplo, las costureras, caladoras, bordadores, hilanderas, tejedores o tintoreros.