Fiel a su línea de difundir y divulgar entre los investigadores y el público en general contenidos canario-americanos, el CEDOCAM ha elaborado un séptimo dossier monográfico de carácter bibliográfico dedicado a la figura del general venezolano Francisco de Miranda.
Amplia y extensa es la bibliografía sobre la obra y la biografía de Francisco de Miranda Rodríguez (1750-1816), hijo del canario Sebastián Miranda Ravelo y de la caraqueña de ascendencia isleña Francisca Antonia Rodríguez de Espinosa, considerado como el Precursor de la Independencia de América. Procedente de los ricos fondos bibliográficos del Cedocam, este monográfico es una muestra viva de la notable erudición y amplitud de miras de su obra y del interés que ha suscitado entre la historiografía.
Francisco de Miranda fue un revolucionario venezolano de cultura cosmopolita, cuya experiencia vital alcanzó no solo proyección hispanoamericana sino que adquirió dimensión universal. Su monumental Archivo personal es un tesoro documental de incalculable valor histórico, que demuestra su formación, conexiones y universalidad. Sufrió en sus carnes los prejuicios de los nobles mantuanos que vilipendiaron a su padre por su origen isleño cuando ascendió al rango de capitán de milicias de Caracas, lo que le llevó a dedicar a su hijo a la carrera de las armas en España para vengar esa afrenta. Militar en las Revoluciones Francesa y Norteamericana, héroe de las batallas de Pensacola y Bahamas en la guerra de independencia de las Trece Colonias, vencedor en las de Valmy y Bruselas en las contiendas revolucionarias galas, es el único no francés laureado en el Arco del Triunfo de París. Recorrió Europa y mostró su enciclopedismo en las cortes europeas, incluida la de la zarina rusa Catalina la Grande. Postergado por la burocracia española, dedicó su vida a la lucha por la emancipación de las colonias americanas, negociando con los gobiernos inglés y francés su apoyo a sus proyectos insurreccionales. Tras fracasar en la invasión de Venezuela de 1806, en la que portó la que será luego la bandera de la Gran Colombia y que hermana hoy las tres repúblicas que emanan de ella, fue invitado a participar en la empresa revolucionaria caraqueña del 19 de abril de 1810 que le convirtió en Generalísimo de su ejército. Derrotado por la contrarrevolución protagonizada por el canario Domingo Monteverde, capituló ante él y fue hecho prisionero y conducido al arsenal de La Carraca, en San Fernando de Cádiz, donde falleció encarcelado.