En los primeros años de la colonización del Archipiélago Canario, el motor económico que impulsó el desarrollo de la sociedad isleña fue su principal fuente de riqueza: el AZÚCAR. Producto muy apreciado en su época y de gran aceptación en los mercados europeos, su comercialización facilitó la inserción cultural y comercial de Canarias en el ámbito europeo mediterráneo y atlántico.
A principios del siglo XVI las fábricas de azúcar o “ingenios” eran una de las industrias más complejas y avanzadas tecnológicamente de su tiempo. Para plantar cañas, levantar un ingenio y ponerlo en funcionamiento era necesaria una importante inversión de dinero. Para la comercialización del producto fue necesario conectarse a redes internacionales que lograron hacer llegar el AZÚCAR desde un origen tan lejano como las Islas Canarias en aquel tiempo a los mercados europeos.
El Museo de Historia de Tenerife ha tomado la iniciativa de reunir a un grupo escogido de especialistas en la investigación histórica del azúcar canario del siglo XVI para hacer una puesta al dÃa de los conocimientos cientÃficos actuales.
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